Desde que tenía siete años, mamá nos enseñaba a tejer esterilla, canastra, canastros, collares y manillas. Nosotros hacíamos todo eso pero no para vender, cuando le llegaba una visita a Mamita -como era médica tradicional-, ella le regalaba a los enfermos. Ella primero revisaba si venían con buena o intención o mala intención; o si nos venían a matar. Si todo estaba bien nos decía “bueno muchachitas, entonces vamos a tejer manillitas porque vamos a regalarle un detallito”, y así…
Las manillas que mi abuela regalaba eran para protección, ya iban rezadas, ya iban conjuradas, es parte espiritual.