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BITÁCORA DE LA ARTESANA
DELCY MARTÍNEZ

¿Quién eres?

Soy una soñadora fantasiosa aterrizada. Mi nombre es Delcy Martínez, soy de la ciudad de Cartagena, estoy radicada en Medellín hace varios años, pues estoy casada con un paisa. Giovanny es mi compañero, desde hace 13 años nos conocimos. Me muevo en el gremio de los artesanos, hago parte de un colectivo de artistas y creativos y un proyecto artesanal de la Alcaldía de Medellín. Mi apartamento es mi oficina, mi taller, mi empresa, mi todo. Lo hemos acondicionado para poder trabajar acá.

Estudié diseño de modas en Cartagena y a través de esto rescaté un legado ancestral y familiar que proviene de Córdoba, comencé a investigar muy a fondo la procedencia del trabajo manual de mi familia. Mi abuelo materno nos visitaba desde Montería y llevaba fibras y herramientas que usaba en su diario vivir.

¿Qué te inspira?

Me gusta mucho el medio ambiente, mirar a los pájaros me ayuda mucho, los pájaros son grandes arquitectos y diseñadores naturales, pienso también en la comunidad afrodescendiente de la que vengo. Crear para mi es una gran terapia, por ejemplo, ese olor de la palma siendo procesada, es increíble. 

¿Qué Creas?

Cuando mi abuelo nos visitaba en Cartagena comenzaba a contar historias de sus aventuras en el campo y mis hermanos y yo lo observábamos mientras iba tejiendo con diferentes materiales, como bejuco silvestre. En la universidad redescubrí y retomé ese legado ancestral y de infancia, y empecé a explorar diferentes técnicas y materiales que fusioné y transformé, todo en pro de la naturaleza.

Las técnicas siguen siendo las mismas ancestrales que se usaban hace años, los tejidos parten de una trenza tradicional a base de fibras de palmas. La palma se desvena y lo que queda es de donde nace el hilo con el que hacemos diferentes tejidos, este proceso puede durar hasta 15 días.  Todo el proceso para llegar hasta el producto artesanal es 100% natural, no se utiliza ningún químico y se usan tintes vegetales. La palma de coco y la caña flecha con la que se hace el sombrero vueltiao, son típicas del Sinú, y nacen en zonas cenagosas. Ahora en la pandemia he incursionado en el tema del diseño de interiores, estoy haciendo tapetes también. 

Cada pieza es una experiencia de vida, no mía, sino desde el cultivador que cuida la palma y se preocupa de su crecimiento, luego pasa a otras manos, los que se encargan de procesar las hojas, después están los que trenzan, un producto pasa por las manos de toda la familia. Cada pieza tiene una historia y ahora nos estamos tomando esa preocupación de saber la proveniencia de las personas, las técnicas y las cosas para mantener ese legado.  

Información recolectada por:

Maria José López Velásquez – Estudiante de La Colegiatura, Medellín – Colombia